AL PIE DEL MONTE

En ocasiones, voy al exterior a buscar plenitud, conexión, ese momento en que los sentidos se amplían y todo se enlaza. Uno tiende a pensar que esa conexión es más intensa cuando la actividad es más potente: una montaña más difícil, una pared vertical, una ladera de hielo dura. Sin embargo, voy intuyendo que puedes recorrer las montañas más altas o exigentes… y no enterarte de nada. Un paseo con el perro, a paso lento, puede hacerte captar el viento, los olores, el sonido de la manera más intensa. Es cuestión de enfocar desde el interior. No siempre es fácil, pero a veces surge la magia. Estar presente y consciente es una de mis formas de disfrutar de la realidad.

Cuando las borrascas entran desde el suroeste en el Sistema Central, suelen dejar las mayores nevadas. La verdad es que no imaginábamos este regalo de nieve, que ha cubierto la sierra con un bonito manto blanco. Las montañas se cargan de reservas de agua, la vegetación y la fauna ralentizan sus ciclos, la montaña descansa y nosotros aprovechamos para deslizarnos por ella. Hacer esquí de travesía detrás de casa, en las laderas que más recorres y a las que más miras, tiene un disfrute especial. A ver si la nieve se mantiene unas semanas y nos regala una bonita primavera.

Arranco al pirineo sin destino fijo, acabando en el valle al que me lleve la curiosidad sobre mi  pequeña   furgoneta . Amanezco en un pueblo de piedra y techo de pizarra, y me hago un café. Aquí empieza todo, levanto la vista y elijo una montaña que me llame la atención. Sin saber su nombre, la observo e imagino posibles lineas de ascenso. Estudio las canales, las aristas, las pendientes y orientaciones. También identifico la mejor aproximación, aquella pista que se asoma en el pinar, esa zona donde el río es vadeable. Paso el día conociendo el valle, sus pueblos, acoplando mi cuerpo poco a poco a su ritmo. Al día siguiente me levanto temprano. En la mochila, material ligero: dos tornillos, medio juego de friends, y una cuerda ligera de 30 metros. Así,me adentro en la montaña de la que poco sé, siguiendo el itinerario planificado el día anterior. Me encuentro con nieve dura, tramos donde la roca deja algo que desear, y me alegro de llevar los 30 metros de cuerda para rapelar ...

Me hace ilusión empezar este blog con una foto escalando en Gredos. Estos días la está azotando una mezcla de nevadas y lluvias, con una cota que sube y baja, dejando la montaña con un aspecto invernal. Gredos es un sitio especial, una joya pequeña pero agreste, con sabor  de alta montaña.  En este blog pretendo ir compartiendo crónicas, notas y reflexiones de una vida a pie de monte. Un espacio donde contar actividades en la montaña y, también, dejar por escrito esas ideas y vivencias del día a día que surgen al vivir a sus pies. Bienvenid@..Ongi etorri.