Catedrales.
Aparcamos solos en el aparcamiento de Mingo Fernando. Atravesamos el bosque de pinos resineros, cruzando en algunos tramos el arroyo seco sobre sus rocas blancas, pulidas por el paso del agua. Las primeras luces se cuelan entre los árboles, y pronto salimos al Puesto del Pio, antiguo refugio ganadero.
Desde ahí ya se distingue la cresta de las Catedrales hacia el Gran Galayo. Esta arista, recorrida por primera vez por Tomás Mesón y Ángel Rituerto en el verano de 1978, es una de las más emblemáticas de Gredos.
Hacemos una parada en la base, donde confluyen las canales Seca y Reseca, para ponernos los arneses, beber agua y estudiar el itinerario. Somos tres, y decidimos repartirnos la cresta en tres tramos para que cada uno disfrute de liderar una parte. Comenzamos con unas trepadas fáciles, hasta que el runrún interno nos aconseja encordarnos. Con unos metros de cuerda entre cada uno, nos sentimos mas seguros.
La progresión se va sucediendo entre trepadas, navegación y un par de rápeles. Avanzamos con fluidez: cuando el tercero llega a un rápel, el primero ya lo ha montado. Estos y otros detalles hacen que, en pocas horas, alcancemos la cima del Gran Galayo.
El descenso por la canal se hace largo, pero pronto estamos de nuevo en el Puesto del Pio, descansando y dejando atrás el agreste paisaje. Ahora una vez conocida, soñamos con una repetición invernal...

Qué joya son los Galayos! Espectacular escenario para distintos formatos de actividad. Aprovecha!
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